Ucrania y Rusia abren con pocos avances vía diplomática para la paz

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Mientras la guerra se recrudece en Ucrania, en los camerinos de lo puramente bélico hay una vía diplomática que se volvió a abrir. Rusia y Ucrania empezaron a negociar este lunes en Bielorrusia un alto al fuego y ese camino del diálogo para la paz ha dejado; según Kiev, «algunos avances», aunque ninguno lo suficientemente palpable todavía.

No obstante, ambas partes seguirán hablando en unos días en un nuevo encuentro en la frontera entre Bielorrusia y Polonia. «Las partes han esbozado unos temas prioritarios sobre los que se vislumbran ciertos avances«; sostuvo en una breve declaración el asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Majaíl Podolyak.

El encuentro se prolongó durante unas seis horas y se quedó como una mera toma de contacto cuando se va a cumplir una semana desde que el Kremlin lanzase la invasión contra Ucrania. Precisamente los recelos de Kiev hacia Moscú no desaparecen ni sobre el cómo se van a desarrollar los acontecimientos ni sobre dónde se desarrollan las conversaciones; Bielorrusia es, de hecho, el mayor aliado del régimen de Putin en este conflicto.

Y es que Minsk juega un papel importante también en toda la crisis como actor político, tal como confirmó el ministro de Exteriores bielorruso, Vladimir Makei; que considera que las negociaciones Kiev-Moscú son claves para evitar «una primavera eslava»; en un símil que da a entender que los movimientos que ahora se dan en Ucrania pueden extenderse a otros países como pasó con las Primaveras Árabes.

Los contactos entre Rusia y Ucrania, muy complejos dado el escenario bélicos; se han ido dando en un mar de propaganda, avisos y frases grandilocuentes mientras las balas, los tanques y las explosiones siguen sonando.

La imagen que se traslada de momento es que Ucrania es quien más ha cedido, dado el lugar de la primera reunión, y Rusia, por su parte; no se mueve ni un ápice de su discurso y así lo dejó claro ante la ONU. «Ucrania no quería diálogo y no quería medidas para establecer una condición especial para la región del Donbás; como se establecía» en los acuerdos de Minsk, firmados en 2015 para la paz en la zona, sostuvo el representante de Rusia ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia. 

En ese discurso avisó de que el papel de Occidente en la crisis está siendo «negativo» y les ha acusado de crear «una burbuja a punto de explotar» de la que Rusia, sentenció, «solo se está protegiendo». Pero se encontró con que uno de sus teóricos aliados, China, no respalda una escalada militar y bélica en Ucrania. De hecho, Pekín pide que se pongan «todos los esfuerzos diplomáticos que contribuyan a la resolución pacífica de la crisis ucraniana»; y asegura que Xi Jinping está «del lado de la paz y de la justicia».

El Gobierno ucraniano pone el foco en los soldados rusos, a los que pidió «acabar con esta guerra criminal» que, dijo el ministro de Exteriores, Dimitro Kuleba, Putin «nunca podrá ganar». Y apeló al componente emocional, porque se trata de una guerra, sostuvo, en la que los soldados rusos están «muriendo».

Las conclusiones que saca Kuleba del conflicto es que «solo traerá miles de ataúdes y pobreza». Sobre la posición de su país fue también rotundo; «Estamos sufriendo pero aguantaremos». El lado de Kiev, pese a todo, asegura que «no hay un ultimátum obligatorio» en las negociaciones.

Zelenski se lanza a los brazos de la UE

La guerra también ha sido vista por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski; como una oportunidad para dar otro paso importante y decidió firmar la solicitud de adhesión de su país a la UE. Esa cercanía con el bloque de 27 estaba implícita, pero ahora con la rúbrica se hace muy evidente. «Es uno de los nuestros y los queremos en la Unión Europea»; dijo sobre Ucrania la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y Zelenski se ha lanzado a los brazos de la Unión.

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Pero ahora Kiev se enfrenta a un proceso largo y exigente; pues Ucrania no es ni siquiera todavía un país candidato a la adhesión, condición sine qua non para posteriormente entrar en el bloque. Por lo pronto, una vez firmada la solicitud ucraniana, la Comisión tendrá que dar su opinión favorable y posteriormente iría a votación en el Consejo; que tiene que aprobar por unanimidad colgarle tal estatus. En todo caso, el Parlamento Europeo pedirá en un pleno extraordinario que se agilice el proceso de adhesión, aunque «dentro de lo recogido en los Tratados».

Asimismo, tendría que cumplir con los llamados Criterios de Copenhague, que  son fundamentalmente tres; instituciones estables que garanticen la democracia, el estado de Derecho, los derechos humanos y el respeto y la protección de las minorías; una economía de mercado en funcionamiento; así como la capacidad de hacer frente a la presión competitiva y a las fuerzas del mercado en la UE y la capacidad de asumir y cumplir efectivamente las obligaciones que impone la pertenencia a la UE; incluida la adhesión a los objetivos de la unión política, económica y monetaria. Pero además hay un matiz, y es que la UE tiene que estar «preparada» para asumir nuevos miembros. 

Asimismo, el proceso de adhesión a la UE consta de dos escalones. El primero, el de los candidatos potenciales, que no cumplen todavía los requisitos de acceso (ocupado ahora por Bosnia y Herzegovina y Kosovo) y el segundo; más importante, el de los candidatos a la adhesión, esto es, los países que ya están trasponiendo la normativa para entrar. Ahora mismo son Albania, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Turquía.

Macron persevera y vuelve a hablar con Putin

Que la vía diplomática entre Europa y Rusia está agonizando no quiere decir que esté muerta del todo, o al menos en eso se empeña Emmanuel Macron. El presidente francés volvió a hablar este lunes con Putin, según el Elíseo a petición de Zelenski, para pedirle una desescalada. El líder galo le pidió a su homólogo ruso que «cese la ofensiva» y que además ofrezca «corredores seguros» para que la gente pueda salir de Ucrania. Macron quiere, en definitiva, que el Kremlin «no ordene ataques contra civiles».

Pero se encontró con un Putin otra vez intransigente, que pese a recoger el guante de no atacar zonas ocupadas por civiles; insistió en que la solución pasa porque se cumplan «incondicionalmente» las ya conocidas demandas de Moscú; que son el reconocimiento de Donetsk y Lugansk como rusas; la desmilitarización de Ucrania y su no entrada en la OTAN y el freno de la «expansión» de la Alianza Atlántica hacia el Este.

La situación, en definitiva, tiene varios frentes abiertos. Además del bélico trascienden el de presión sobre Moscú; basado en las sanciones y en el ahogamiento del sistema de financiación del Kremlin. Esas medidas ya hicieron que este lunes el rublo sufriera una caída histórica y la Bolsa rusa no abriera este lunes ni lo vaya a hacer este martes.

Tal es el ejercicio de Occidente contra Putin que incluso Suiza rompió su tradicional neutralidad y se sumó a la imposición de sanciones, emulando las aprobadas ya por la UE. Entre los tanques y la ‘guillotina’ económica aguanta un recoveco para la diplomacia y Rusia y Ucrania han empezado a explorarlo. Veremos con qué resultado.

Con información de 20 minutos

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