Una tragedia ha conmovido a España tras el fallecimiento de dos bebés prematuros nacidos de forma inesperada en un tren que se dirigía a la estación de Chamartín, en Madrid. La madre, que se encontraba en la semana 23 de gestación, no pudo llegar a un hospital a tiempo para recibir atención especializada, a pesar de la rápida respuesta de los servicios de emergencia.
El tren tuvo que realizar una parada de emergencia en la estación de Almuradiel, en Ciudad Real, debido al inminente parto. El personal ferroviario alertó al servicio de emergencias 112, que movilizó de inmediato una UVI móvil y un helicóptero sanitario. Lamentablemente, el primer bebé nació antes de la llegada de los profesionales y falleció en la estación. El segundo, que nació minutos después, fue trasladado junto a su madre al Hospital General Universitario de Ciudad Real, pero falleció a la mañana siguiente.
La madre, cuyo estado es estable y fuera de peligro, permanece bajo observación médica para prevenir posibles complicaciones. La Policía Local de Almuradiel también colaboró en la asistencia, facilitando el acceso a los equipos de emergencia y garantizando la seguridad en la zona.
El suceso ha puesto de manifiesto los riesgos de los partos extremadamente prematuros. Los bebés nacidos con menos de 28 semanas de gestación tienen una tasa de supervivencia muy baja debido a la inmadurez de sus órganos vitales y la necesidad de cuidados intensivos avanzados. A pesar de la rápida y coordinada respuesta de los servicios de emergencia, las posibilidades de salvar a los recién nacidos eran extremadamente reducidas.
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