La nueva vida de Álex gracias al primer exoesqueleto pediátrico portátil, hecho en España

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Alejandro Santamaría es un niño risueño, simpático y disfrutón de siete años que, gracias a un avance científico cien por cien español, se enfrenta ahora al mundo con mucha más independencia y confianza.

Los primeros años de vida de Álex, como todo el mundo le conoce, no fueron en absoluto sencillos. Una hipoxia durante el parto gemelar le provocó una parálisis cerebral que le ha impedido, no solo andar, sino también comunicarse con su entorno.

Pero Álex ha contado con dos héroes que, desde el primer momento, se movilizaron para buscar la forma de mejorar su calidad de vida, su padre y su madre, Maite.

Dos luchadores incansables que, tras años de búsqueda, en los cuales han atravesado por momentos muy complicados, dieron por fin con una investigación cien por cien española que ha cambiado la vida, no solo de su hijo, sino de toda la familia.

Se trata del exoesqueleto Atlas 2030, el primer exoesqueleto infantil portátil, desarrollado por la empresa Marsi Bionics, ubicada en el municipio madrileño de Rivas Vaciamadrid.

El Atlas 2030 ha sido desarrollado gracias a la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de algunos de los principales hospitales públicos de la Comunidad de Madrid, como son el Hospital Universitario La Paz, el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, el Hospital Universitario 12 de Octubre y el Hospital general Universitario Gregorio Marañón.

El primer exoesqueleto pediátrico portátil de uso personal diseñado específicamente para asistir a la marcha de niños con trastornos del neurodesarrollo permite a los pequeños caminar por entornos cotidianos, como el parque, la calle o el colegio, proporcionándoles mayor independencia, movilidad y confianza, y fomentando su participación e integración social.

Además, tal como indica Carlos Cumplido, Clinical Lead de Marsi Bionics, este dispositivo evoluciona con su propio crecimiento, abarcando un rango de edad aproximado desde los 2 hasta los 17 años.

Un primer paso para miles de niños

Más allá del aspecto puramente tecnológico, este exoesqueleto ha supuesto un primer paso para miles de niños en todo el mundo y, en palabras de su madre, un «maravilloso despertar» para Álex.

Un despertar cognitivo que le ha llevado a socializar más, a «estar más conectado con el entorno», «a disfrutar de todas las cosas», explica Maite, porque «no debería haber ningún niño que no tuviera derecho a caminar».

Maite recuerda la primera vez que vieron andar a Álex: «fue emocionante (…), sobre todo me impactó el hecho de verle de pie, (…) esa imagen la guardo con mucho cariño». «Ese primer día, uno nunca se lo imagina. Yo jamás me lo imaginé», confiesa.

Un primer paso que también fue especialmente emocionante par sus hermanos porque, por primera vez, Álex pudo mirar a su hermano gemelo a los ojos a su misma altura: «Fue emocionante, porque además él le cogió y le dijo: ¡Hala, mamá! ¡Es como yo!». «Hasta que no le vieron así, de pie, no identificaron que no era un bebé, que era como ellos», recuerda Maite.

A partir de ese primer día, Álex ha recuperado «la capacidad de decidir», que muchas veces pensamos que es inherente, pero «cuando tienes un hijo con parálisis te das cuenta de que no pueden decidir, y esto le da cierta libertad».

Ojalá pronto pueda haber en el mundo muchos más niños que, como Álex, gracias a avances tan importantes como éste, consigan dar un giro total a sus vidas y las de su entorno. En este sentido Carlos Cumplido asegura que tienen esperanzas y que la puesta en el mercado de este exoesqueleto «va a llegar muy pronto, en este año 2025».

«Para ello queremos trabajar junto con la Sanidad Pública de cada Comunidad y también con la nacional, para intentar que parte del dispositivo pueda estar sufragado por fondos públicos«, destaca.

Con información de TeleMadrid

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