El Atlético de Madrid tuvo que apelar a la épica para salvar un partido que parecía escaparse en el Metropolitano. El conjunto rojiblanco sufrió más de lo esperado frente a un Rayo Vallecano valiente, pero acabó imponiéndose 3-2 gracias a la inspiración de Julián Álvarez, autor de los tres goles.
El equipo de Simeone arrancó fuerte y se adelantó al 14’ con una volea del delantero argentino. Con dominio absoluto del balón, el Atlético parecía encaminado a una victoria tranquila, pero la falta de pegada le pasó factura: Chavarría empató al filo del descanso y devolvió la esperanza al Rayo.
La segunda parte fue un pulso de desgaste. Entre roces, polémicas arbitrales y la intensidad propia de un derbi madrileño, el Rayo golpeó de nuevo con el 1-2 de Álvaro García, sembrando el nerviosismo en la grada.
Lejos de rendirse, Álvarez tomó el protagonismo absoluto. Primero igualó de inmediato el marcador, y cuando todo parecía terminado, apareció en el minuto 88 para firmar el tanto de la remontada y cerrar una noche inolvidable.
El Atlético celebró con rabia un triunfo que sabe a más que tres puntos: la confirmación de que su nuevo referente ofensivo está listo para liderar al equipo en los momentos decisivos.
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