El arte de desaparecer: los robos que humillaron a los museos más famosos

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Foto: Milenio

Hay robos que parecen películas. Y hay museos que, por segundos, se convierten en escenarios de acción. Desde joyas imperiales arrancadas con motosierra hasta obras maestras que se esfumaron sin disparar una alarma, esta crónica recorre los 10 golpes más humillantes al patrimonio cultural.

No es ficción: es arte desaparecido, seguridad burlada y una pregunta que persiste en cada marco vacío… ¿quién protege lo irremplazable?

El robo al Isabella Stewart Gardner Museum (Boston, 1990)

La madrugada del 18 de marzo, dos hombres disfrazados de policías entraron al museo alegando una llamada de emergencia. Ataron a los guardias y durante 81 minutos recorrieron las salas con calma, eligiendo 13 obras de arte, entre ellas un Vermeer, tres Rembrandt y cinco dibujos de Degas.

SERIE VERANO. ATRACOS. ROBOS RICARDO COLMENERO. ROBO GALERÍA GARDNER.//////BOSTON – JUNE 12: Rembrandt’s «The Storm on the Sea of Galilee,» is just a framed section of fabric wall covering as these two visitors to the Gardner Museum observed. This was one of the paintings stolen in a mysterious heist that is yet unsolved. (Photo by John Tlumacki/The Boston Globe via Getty Images)


Valor estimado: $500 millones.
Recuperación: Ninguna. El FBI sigue investigando. El museo mantiene los marcos vacíos como símbolo de duelo.

La Mona Lisa se fue caminando (Louvre, 1911)

Vincenzo Peruggia, ex empleado del museo, escondió la pintura en su abrigo y salió caminando por la puerta principal. Su motivación: devolver la obra a Italia como acto patriótico.

Officials gather around Leonardo da Vinci’s ‘Mona Lisa’ (aka ‘La Gioconda’ or ‘La Joconde’) upon its return to Paris, 4th January 1914. It was stolen from the Musee du Louvre by Vincenzo Peruggia in 1911, and has only just been recovered. (Photo by Paul Thompson/FPG/Archive Photos/Getty Images)


Valor simbólico: Incalculable. El robo la convirtió en ícono global.
Recuperación: Fue hallada en Florencia en 1913. Peruggia recibió una condena leve y fue tratado como héroe por algunos sectores italianos.

El golpe al Grünes Gewölbe (Dresde, 2019)

En plena madrugada, los ladrones cortaron las rejas, inutilizaron el sistema eléctrico y rompieron vitrinas blindadas con hachas. Se llevaron 21 piezas de joyería barroca, incluyendo diamantes de 49 quilates.
Valor estimado: Más de €100 millones.
Recuperación: Parte del botín fue hallado en 2022. Varios miembros del clan Remmo fueron condenados.

El robo de la moneda gigante en el Museo Bode (Berlín, 2017)

La “Big Maple Leaf”, una moneda de oro puro de 100 kg, fue sustraída por una ventana. Los ladrones usaron una tabla para deslizarla y escapar por las vías del tren.
Valor estimado: $4 millones.
Recuperación: Nunca apareció. Se presume que fue fundida y vendida por partes.

El golpe al Museo Van Gogh (Ámsterdam, 2002)

Dos cuadros fueron robados en segundos: Vista del mar en Scheveningen y La iglesia reformada de Nuenen. Los ladrones escalaron el techo y escaparon por una cuerda.


Valor estimado: $30 millones.
Recuperación: Aparecieron en Nápoles en 2016, tras una operación contra la mafia.

El robo exprés al Kunsthal (Róterdam, 2012)

Seis obras de Picasso, Monet y Matisse fueron robadas en 90 segundos. El sistema de seguridad no estaba conectado a la policía.
Valor estimado: $100 millones.
Recuperación: Nunca aparecieron. Se sospecha que fueron quemadas por la madre de uno de los ladrones para destruir pruebas.

El saqueo al Museo Nacional de Antropología (México, 1985)

Durante la madrugada, un ladrón solitario robó 124 piezas prehispánicas, entre ellas máscaras olmecas y figuras mexicas.
Recuperación: El autor fue capturado años después, pero muchas piezas siguen perdidas. El caso reveló graves fallas en la seguridad del recinto.

El robo silencioso en el Museo de Arte Moderno (Estocolmo, 2000)

Los ladrones entraron por una ventana y robaron obras de Renoir y Picasso. El sistema de alarma estaba desactivado por mantenimiento.
Recuperación: Algunas piezas fueron recuperadas en operaciones posteriores, pero el museo nunca se recuperó del golpe reputacional.

El asalto al Museo de San Pablo (Brasil, 2007)

En pleno horario de visita, dos hombres armados entraron por la puerta principal y robaron obras de Picasso y Portinari.
Recuperación: Parcial. Algunas piezas fueron halladas en casas de coleccionistas privados. El caso expuso la vulnerabilidad de los museos latinoamericanos.

El robo con motosierra en el Louvre (París, 2025)

Un grupo de ladrones irrumpió en una sala de joyas imperiales, rompió vitrinas con motosierra y escapó en moto por calles cerradas.
Valor estimado: Aún bajo investigación.
Recuperación: Parcial. El caso sigue en curso y ha reabierto el debate sobre seguridad en museos de alto perfil.

¿Quién protege el arte?

Estos robos revelan una paradoja: los museos, guardianes del patrimonio mundial, son vulnerables. La seguridad suele ser reactiva, y muchas instituciones carecen de protocolos modernos.
El arte robado no solo representa pérdidas millonarias, sino heridas culturales. Cada pieza desaparecida es una historia interrumpida, una mirada que ya no puede compartirse.

Y, mientras los ladrones perfeccionan sus métodos, los museos siguen confiando en vitrinas, sensores y la esperanza de que nadie se atreva a tocar lo sagrado.