La prestigiosa revista británica The Economist, conocida por su rigor y su influencia en círculos políticos y económicos, ha puesto el foco en España, y el análisis no ha sido precisamente halagador para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Un reciente artículo de la publicación, con un tono marcadamente crítico, cuestiona la solidez y la dirección de la política nacional, atribuyendo la supervivencia de Sánchez en el poder a un pragmatismo sin precedentes y a la voluntad de romper sus propias líneas rojas en pos de la estabilidad gubernamental.
Según el editorial, la clave del éxito del líder socialista no reside en un proyecto político coherente, sino en una especie de «malabarismo» que le ha permitido mantenerse a flote a pesar de las controversias. La revista subraya el notable giro del presidente, que ha pasado de prometer que no pactaría con ciertos partidos a consolidar alianzas con formaciones independentistas y a buscar entendimiento en los extremos del arco parlamentario. Esta estrategia, si bien garantiza la gobernabilidad, según The Economist, también tiene un coste: una erosión de las instituciones y una polarización política que preocupa a nivel internacional.
El medio británico no solo evalúa el plano político, sino que también se adentra en la gestión económica. Aunque reconoce el buen desempeño de la economía española tras la pandemia y el crecimiento del empleo, señala que estas cifras se ven empañadas por un elevado endeudamiento público y una concentración de poder en el Ejecutivo que podría resultar perjudicial a largo plazo. La revista insinúa que esta centralización de la toma de decisiones podría socavar la calidad democrática del país.

El artículo también reflexiona sobre la debilidad de la oposición. La falta de una alternativa contundente y unificada por parte del Partido Popular es vista como otro de los pilares que sostiene al actual Gobierno. La revista sugiere que, sin una oposición fuerte que ofrezca un modelo de país creíble y diferente, el camino de Sánchez se ve facilitado, permitiéndole mantener su controvertida hoja de ruta.
En definitiva, The Economist pinta un retrato de un Gobierno que sobrevive gracias a un hábil oportunismo, pero que, en el proceso, estaría comprometiendo la solidez institucional de España. Es un recordatorio de que la política española se sigue con lupa más allá de nuestras fronteras, y de que las decisiones tomadas en el hemiciclo de Madrid tienen eco y generan debate en las principales capitales del mundo.
Por Eneida Flores
Obtén información al instante, Síguenos en Nuestras cuentas de Redes Sociales
Instagram: @madridnews24.official
X : @madridnews24_