Ni habrá ni dimisión ni cambios en el Gobierno, pero sí una comparecencia en el Congreso de los Diputados a la mayor brevedad posible para dar explicaciones e intentar frenar la sangría de credibilidad de la que adolece el Ejecutivo desde que se conoció la presunta implicación de Santos Cerdán en la trama Koldo.
El presidente Pedro Sánchez compareció este lunes ante los medios tras una larguísima reunión de la ejecutiva del PSOE, y en su rueda de prensa anunció que pedirá comparecer a petición propia en el Congreso para dar explicaciones «en la primera fecha disponible», así como que el PSOE propondrá la puesta en marcha de una comisión de investigación en la Cámara Baja sobre el caso Koldo.
Sánchez, no obstante, descartó tanto dimitir como someterse a una cuestión de confianza en el Congreso o acometer cambios en el Consejo de Ministros porque, insistió, la corrupción conocida en los últimos días es cuestión de tres personas y no de un partido que es «limpio».
De hecho, el presidente negó expresamente que haya habido financiación irregular en el PSOE, e insistió en que «en el informe de la UCO no hay ningún señalamiento» al partid por haber ingresado dinero de fuentes oscuras.
No obstante, el resto de las decisiones que adoptó la ejecutiva este lunes (y que el presidente anunció en su comparecencia) eran ya conocidas.
Se pondrá en marcha una auditoría de las cuentas del PSOE pese a que la última, del año 2024, refleja que «el estado de las cuentas es claro, real y fidedigno»; se expulsa de manera definitiva a José Luis Ábalos como militante del partido; y, durante esta semana, Sánchez celebrará una ronda de reuniones con sus aliados parlamentarios para comprobar el estado de sus relaciones tras el estallido del escándalo.
Asimismo, el presidente dejará de manera interina la Secretaría de Organización del PSOE en manos de un grupo de cuatro dirigentes hasta elegir a un nuevo número tres, cosa que ocurrirá en el Comité Federal del próximo sábado 5 de julio.
Sánchez, en cualquier caso, dedicó buena parte de su intervención a dejar claro que su intención es seguir en la Moncloa hasta 2027 porque entiende que, aunque el golpe es durísimo, el Gobierno no puede pagar por las corruptelas de tres dirigentes del partido. «El PSOE mantiene su hoja de ruta y sus compromisos asumidos en el debate de investidura.
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