Qué es, síntomas y cómo se contrae la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

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Foto: Cortesía

Desde 2010, que se detectó por primera vez esta enfermedad, en España se han detectado 12 casos de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC). Cuatro de ellos han terminado en fallecimiento, el último comunicado hace pocos días. Esta infección, emergente en Europa Occidental, está causada por un virus -del género Nairovirus, de la familia Bunyaviridae-. Y se transmite de varias maneras, incluso por contacto estrecho de persona a persona. Pero lo más habitual es que se transmita a través de la picadura de una garrapata.

El género portador suele ser el Hyalomma, una especie de garrapata cuya entrada en Europa se atribuye a las aves migratorias procedentes de África. Se trata de una enfermedad cuya mortalidad es muy alta -una media de un 30%- que, desde que fue detectada por primera vez en nuestro país. Es vigilada de cerca por el Centro de Control de Alertas del Ministerio de Sanidad.

Qué síntomas provoca la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

El periodo de incubación de la enfermedad depende del modo de contagio del virus. De uno a tres días si se contagia a través de la picadura de una garrapata y de hasta 13 si se produce tras el contacto con sangre o tejidos infectados. Una vez terminado este periodo, los síntomas aparecen de manera repentina, y se dividen en tres fases:

Fase prehemorrágica, que se caracteriza por tener síntomas como inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre alta (39‐40ºC). Dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, mareos, vómitos, enrojecimiento de cara, cuello o tórax, conjuntivitis, cambios de humor, irritabilidad y confusión. Es frecuente que existan cambios en el estado de ánimo, con irritabilidad y la persona puede llegar a estar confusa.

Fase hemorrágica. A partir del cuarto día pueden aparecen hematomas pequeños (petequias) que luego pueden hacerse más grandes en piel y mucosas (equimosis). Sangrados por la nariz y las encías o la orina, vómitos con sangre, dolor abdominal, e ictericia a causa de la hepatitis (inflamación del hígado).

También pueden aparecer vómitos de sangre o heces negras. En los casos más graves se puede producir una reducción del nivel de conciencia. Así como deterioro renal o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad. En caso de producirse, la muerte suele ocurrir la segunda semana tras el inicio de síntomas.

Periodo de convalecencia o recuperación, que suele empezar tras el 10 décimo día tras el inicio de síntomas y puede ser lento. Entre los síntomas que se presentan en este periodo, encontramos debilidad, afectación de algunos nervios, dificultad para respirar, sensación boca seca, disminución de la agudeza visual, pérdida de audición y de memoria.

Cómo se diagnostica y se trata la FHCC

Tras la sospecha de que se trate de un caso de FHCC, las pruebas para confirmar la infección son la PCR, ELISA o pruebas de antígenos. Aunque se utiliza el antiviral ribavirina, que está dando buenos resultados, en la actualidad no existe un tratamiento específico para tratar la infección. Así que se tratan los síntomas según aparecen. Aun así, la detección precoz es importante y mejora mucho el pronóstico.

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¿Se puede prevenir la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC)?

Todavía no existe una vacuna eficaz para prevenir las infecciones por FHCC. Por lo que la mejor forma de evitar la enfermedad es tomar precauciones, especialmente las personas que más riesgo tienen de estar en contacto con el virus. Como criadores de ganado, trabajadores de granja, de mataderos o veterinarios en áreas en las que circula el virus de Crimea Congo. Estas personas deberán usar guantes u otras prendas de protección y evitar el contacto con los fluidos corporales y la sangre de animales.

Puesto que es una enfermedad que en la mayoría de los casos se transmite a través de las picaduras de garrapatas. El Ministerio de Sanidad recomienda que, si vamos a ir a zonas en las que suelen habitar, tomemos precauciones como:

•Llevar ropa -preferentemente clara- que nos cubra la mayor superficie de piel, aunque haga calor.

•Comprobar que no tengamos ninguna garrapata al regresar, ni nosotros ni nuestros animales.

•Usar repelente de garrapatas, como los que recomienda el Ministerio de Sanidad en este enlace. 

Con información de 20 minutos

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