El huracán Melissa llegó a Cuba en la madrugada de este miércoles, tras haber devastado Jamaica con categoría 5 y vientos de hasta 295 km/h. Aunque se debilitó a categoría 3 al tocar tierra en Santiago de Cuba, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) advirtió que el fenómeno sigue siendo “extremadamente peligroso” y representa “un riesgo para la vida”.
Con vientos sostenidos de 193 km/h y lluvias que podrían alcanzar los 63 cm, las autoridades cubanas han evacuado a más de 700.000 personas en las provincias de Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo, Holguín y Las Tunas.
El primer ministro jamaiquino, Andrew Holness, declaró a su país “zona catastrófica” tras el paso de Melissa, que dejó a tres cuartos de la isla sin electricidad. Se reportan daños en al menos seis hospitales, miles de árboles caídos y carreteras intransitables. La Organización Meteorológica Mundial calificó a Melissa como “la tormenta del siglo” para Jamaica, superando el récord del huracán Gilbert en 1988.
Mientras Kingston amanecía en silencio sepulcral, sin el bullicio habitual, Cuba se preparaba para el impacto. “Pasará con toda su fuerza por el país en la noche de hoy y en la madrugada de mañana”, advirtió el presidente Miguel Díaz-Canel, quien pidió a la población seguir las recomendaciones oficiales.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) concentran sus esfuerzos en Santiago de Cuba, la segunda ciudad más poblada del país, donde se esperan marejadas ciclónicas con olas de hasta ocho metros.
Riesgos invisibles: cocodrilos y aislamiento
En Jamaica, las autoridades sanitarias alertaron sobre el desplazamiento de cocodrilos hacia zonas residenciales debido a las inundaciones. Además, organizaciones humanitarias como CARE International advierten que la falta de electricidad y las carreteras bloqueadas dificultarán las labores de rescate.
Melissa avanza lentamente hacia el noreste, a solo 6 km/h, lo que prolonga el impacto de sus lluvias. En las Bahamas, el gobierno ordenó la evacuación del sur del archipiélago, mientras que Haití y las islas Turcas y Caicos siguen sufriendo los coletazos del fenómeno.
Con informacion de BBCMundo
