Luto en el rock: Muere a los 63 años Robe Iniesta, la figura que convirtió la marginalidad en poesía

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Robe Iniesta "ultimo gran filosofo" Foto: RTVE

El mundo de la música en español se ha teñido de luto tras conocerse el repentino y trágico fallecimiento de Roberto Iniesta, Robe, fundador y figura central de la banda Extremoduro, a la edad de 63 años. La noticia, recibida con conmoción en la madrugada del 10 de diciembre de 2025 a través de un breve mensaje de su mánager, deja un vacío inmenso en el rock y la poesía contemporánea.

Aunque las causas exactas de su deceso aún no han sido reveladas, su partida se produce un año después de que el artista extremeño suspendiera indefinidamente sus últimos conciertos en Madrid a causa de un tromboembolismo pulmonar. A pesar del revés de salud, Robe mantenía una firme voluntad de volver a los escenarios para cerrar la que él mismo calificó como «la mejor gira de mi vida».

Un Legado Inusual y Universal

La trascendencia de Robe Iniesta es atípica en el panorama cultural: un «poeta mayúsculo» que, partiendo del rock más agreste y marginal que él mismo bautizó como «rock transgresivo», logró conquistar a toda la sociedad hasta convertirse en un clásico universalmente respetado. Sus letras evolucionaron de retratos ásperos de la vida en los márgenes (Jesucristo García, La hoguera) a profundos tratados filosóficos y humanistas, especialmente en su última etapa en solitario (Mayéutica, Se nos lleva el aire).

El éxito de Extremoduro se forjó de manera genuina en la calle, con un método de crowdfunding primitivo donde Robe vendía papeletas en bares para financiar su primer disco. Esta conquista, «calle por calle, garito por garito,» lo convirtió en el cronista de los desfavorecidos.

El Hombre Detrás del Rock

Lejos de la «etapa del caos» inicial en los noventa, Robe, en sus últimos años, había moderado su carácter y se dedicaba a la poesía y la literatura con fervor. El artista, que superó adicciones complejas en el pasado, vivía discretamente entre Extremadura y el País Vasco junto a su pareja y manager de vida, Bibi, y sus dos hijos ya adultos.

«Hoy despedimos al último gran filósofo, al último gran humanista y literato contemporáneo de lengua hispana», señalaba el comunicado de su discográfica, Dromedario Records, resumiendo el sentir general. Sin embargo, su propia voz nos deja el epitafio más certero, recogido tras un emotivo homenaje de unos niños cantándole Ama, ama, ama y ensancha el alma: «Al final lo que manda es la música». Y esa música, su vasto y combativo legado, será lo que siempre nos quede de Robe.