Este hecho se suma a la creciente ola de agresiones que sufren los taxistas y conductores de VTC en Barcelona. FOTO El Periódico
Un taxista en Barcelona vivió momentos de pánico cuando jóvenes intentaron robar su vehículo, un incidente que pone de manifiesto la creciente inseguridad que enfrentan los profesionales del taxi en la ciudad.
La Ronda Guinardó fue el escenario de un audaz intento de robo que dejó al descubierto la vulnerabilidad de los taxistas. La cámara de seguridad del propio vehículo captó el momento en que tres jóvenes, aparentemente de la nada, irrumpieron en la escena. Uno de ellos, con una carrera impulsada por la desesperación, se lanzó contra el parabrisas delantero con la intención de romperlo y obligar al conductor a salir.
El cristal resistió el impacto, frustrando el primer intento de los atacantes. Acto seguido, probaron suerte con la puerta del conductor, empujando y tirando de la manilla. Sin embargo, la rápida reacción del taxista, que había bloqueado las puertas, impidió que los agresores accedieran al interior del vehículo. Ante el fracaso, los jóvenes huyeron del lugar, no sin antes proferir insultos al conductor.
La breve secuencia, aunque fugaz, evidencia la tensión y el riesgo continuo que muchos taxistas enfrentan diariamente. La serenidad del conductor, al permanecer a salvo dentro de su coche, impidió que el ataque se concretara.
Este suceso se suma a una ola de agresiones contra taxistas y conductores de VTC en Barcelona, quienes se sienten cada vez más desamparados. Romà Llort, vocero de l’Associació VTC-Gran Turisme de Catalunya, ha alertado sobre un incremento considerable de incidentes violentos contra estos trabajadores en el último año, y exige medidas de protección más firmes y una mayor presencia policial en zonas problemáticas como la Terminal 1 del Aeropuerto y la Estación de Sants.
El modus operandi de los delincuentes es diverso, desde hurtos menores por descuido hasta bandas organizadas que realizan operaciones más complejas. Jesús Aranda, taxista barcelonés, señala que «en los hoteles es común que los ladrones aprovechen cuando los pasajeros se bajan a sacar el equipaje del maletero para robar».
Ante la creciente falta de protección, la comunicación y la colaboración entre los mismos taxistas se ha convertido en una estrategia de defensa crucial. En un entorno donde la inseguridad es una constante, la unión entre compañeros es la principal herramienta para afrontar esta peligrosa situación.
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