Un estudio internacional liderado por Northwestern Medicine (EE.UU.) y la Universidad de Yonsei (Corea del Sur) analizó los registros de salud de más de nueve millones de personas y concluyó que el 99% de quienes sufrieron un ataque cardíaco, un derrame cerebral o una insuficiencia cardíaca ya presentaban al menos un factor de riesgo por encima del nivel óptimo. En el 93% de los casos, había dos o más.
La investigación refuta la creencia de que estos eventos ocurren sin señales previas. “Es lo que pretendíamos demostrar”, afirmó el cardiólogo Philip Greenland, autor principal del estudio.
¿Qué se considera “riesgo”?
El estudio amplía la definición de riesgo más allá de los diagnósticos clínicos. Incluye niveles “no óptimos” de presión arterial (desde 120/80), colesterol (desde 200), glucosa (desde 100) y antecedentes de tabaquismo, incluso en exfumadores. También contempla a quienes están en tratamiento por estas condiciones.
Este enfoque más estricto revela que muchos pacientes ya estaban expuestos, aunque no tuvieran un diagnóstico formal. “Las investigaciones recientes estaban pasando por alto estas exposiciones”, explicó Greenland.
Expertos como Jaume Marrugat, epidemiólogo del Hospital del Mar, reconocen la solidez del estudio, pero advierten que los criterios pueden ser demasiado exigentes. “Me gustaría saber qué porcentaje de la población sin eventos cardiovasculares también está por encima de esos niveles”, reflexionó.
Aun así, cuando los investigadores analizaron solo los casos con niveles clínicamente elevados, el patrón se mantuvo: el 90% tenía al menos un factor de riesgo importante.
Prevención: la clave sigue siendo la misma
Cardiólogos como Alfonso Valle, del Hospital de Denia, destacan que el estudio refuerza el valor de los factores clásicos frente a los emergentes como la genética o la inflamación. “La prevención sistemática de hipertensión, dislipemia, diabetes y tabaquismo sigue siendo la base para reducir la carga cardiovascular”, señaló.
En España, la tasa de estos eventos ha bajado en las últimas tres décadas, gracias al trabajo de la Atención Primaria. “Actuar antes de que haya enfermedad es lo que marca la diferencia”, subrayó el especialista Mardruga.
Un análisis publicado en el New England Journal of Medicine reveló que el riesgo de sufrir un evento cardiovascular a lo largo de la vida es del 24% en mujeres y del 38% en hombres con los cinco factores clásicos (más obesidad). La ausencia de estos factores a los 50 años se asocia con una esperanza de vida superior en más de una década.
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