La industria cinematográfica española enfrenta un cierre de año agridulce. Según los datos recopilados por el sector, las salas de cine no han logrado recuperar los niveles de afluencia previos, perdiendo nuevamente millones de espectadores a lo largo de 2025. Pese a la inversión en tecnología y la renovación de espacios, el hábito de consumo sigue inclinándose hacia las plataformas digitales.
El informe destaca que el año ha sido «salvado» gracias a tres pilares fundamentales: el regreso de la franquicia Avatar, los éxitos animados de Disney y la incombustible eficacia en taquilla de Santiago Segura. Estos títulos han actuado como un «soplo de aire fresco«, concentrando la mayor parte de la recaudación y evitando una caída aún más drástica para los exhibidores.
Sin embargo, el cine de autor y las producciones de clase media continúan sufriendo la falta de público, lo que genera una brecha cada vez mayor en la industria. Los expertos señalan que 2026 será un año decisivo para replantear el modelo de negocio y buscar nuevas formas de atraer a una audiencia que, por ahora, parece haber dado la espalda a la gran pantalla.





