Mientras continúan los nueve días de celebración en Pamplona, capital de Navarra, en honor a San Fermín de Amiens, muchos todavía tienen en la mente el tradicional “Chupinazo”, ya que este año fue todo menos, precisamente, tradicional.
Vale, que este 2025 no escuchamos sólo el oficial y añejo «Pamplonesas, pamploneses, ¡Viva San Fermín!», sino que la ceremonia cambió y desde el balcón del Ayuntamiento, el grito tuvo como añadido dos frases que poco —o nada, realmente— tienen que ver con esta fecha —recordemos: el evento español más publicitado en todo el mundo—: «¡Viva Palestina libre!» y «¡Alto al genocidio!», que puso cara de “¿y esto qué fue?” a la multitud más grande que han tenido los Sanfermines en los últimos tiempos; un aproximado de 14 mil personas, entre pamploneses y turistas.
El tinte político, que usualmente no es aplicado a esta celebración, ha generado gran controversia y tiene como origen y causa, los 10.594 votos populares que obtuvo la plataforma pro Palestina Yala Nafarroa, un conglomerado de más de 225 asociaciones, que este año se tradujeron en un apoyo público con eco internacional a Palestina.
Con o sin Palestina…
Pero la celebración inició y estos nueve días no tienen freno, así como nadie pudo detener a los toros del primer encierro que, desde Santo Domingo, salieron en manada rota, en una inauguración tan colorida como harto peligrosa.
Los seis toros de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro salieron a lo suyo, mientras que al día siguiente, el segundo encierro fue incluso más aterrador. ¡Y a correr!, con los seis toros de Cebada Gago, añadiendo como complicación que uno de ellos quedó solo y arreció contra todo lo que le pasó al frente.
Hasta la cierre de este artículo, se han reportado ocho heridos y un incontable números de presentes que se fueron con el corazón en la boca… ¡pero como siempre, en buena hora!.
Por Carlos Flores
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